
Sabores de Novelda




Nuestra gastronomía local es parte de quienes somos; los sabores de Novelda son un legado que perdura y evoluciona con el tiempo.Novelda, como tierra agrícola, tiene un pasado unido a su sabor y, como lugar de comercio, un presente disponible al paladar.
El sabor no solo se come; se disfruta y se transforma en auténticos festines, donde los platos locales cuidadosamente elegidos realzan las cualidades de cada vino. Esta mezcla crea una experiencia que une la tradición vinícola con la comida local, ofreciendo una ventana auténtica a la cultura de la región que exploramos.
Así, los sabores de Novelda se convierten en un viaje sensorial que celebra la herencia de nuestra tierra.



En el corazón de Novelda, la tradición gastronómica y vitivinícola se entrelaza con la historia de su gente, creando una identidad única que perdura desde hace más de un siglo. La riqueza del Vinalopó, con sus tierras y su clima privilegiado, ha sido el escenario perfecto para el cultivo de la vid, convirtiendo a esta localidad en un referente de la producción de uva de mesa y vinícola en la región.
La primera gran expansión de la viticultura en Novelda se produjo en la segunda mitad del siglo XIX, un periodo marcado por la crisis de los viñedos en Francia, Italia y Cataluña. A diferencia de otras regiones, Novelda se benefició de su clima seco, lo que permitió a sus viñedos prosperar y, por ende, aumentar la demanda y la exportación de vino, facilitada por el desarrollo del ferrocarril, especialmente la línea MZA que conectó Alicante con Madrid, fue un hito crucial, facilitando el comercio del vino hacia mercados nacionales e internacionales.
Hoy en día, el embolsado se realiza de manera artesanal, con un cuidado meticuloso que implica la participación de miles de trabajadores. Se utilizan más de 250 millones de bolsas de papel de celulosa virgen cada año, lo que representa una inversión significativa en la economía noveldense y asegura la calidad de uva de variedad Aledo, las mismas 12 uvas que saboreamos en plena época invernal en la noche de fin de año.
La llegada de la filoxera también afectó a nuestra población, provocando la transformación de los cultivos hacia la uva de mesa. Un momento decisivo en la historia de la vid en Novelda se produjo en 1919, cuando el agricultor Manuel Bonmatí Abad revolucionó la viticultura local con la invención de la técnica del embolsado de uvas. Este ingenioso método, nacido de la urgente necesidad de proteger los viñedos de la polilla del racimo, consistía en cubrir cuidadosamente los racimos con bolsas de papel. Lo que comenzó como una solución sencilla y ecológica, demostró ser extraordinariamente eficaz. Los resultados fueron tan positivos que la técnica se adoptó de forma masiva, transformando para siempre la forma de cultivar y cosechar las uvas en la región.
Nuestras uvas:
Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó con Denominación de Origen

Un hito importante en la historia vitivinícola de Novelda fue el descubrimiento de la técnica de embolsado de uvas, ideada por el agricultor Manuel Bonmatí Abad en 1919.
​ Hoy en día, el embolsado se realiza de manera artesanal, con un cuidado meticuloso que implica la participación de miles de trabajadores.
Se utilizan más de 250 millones de bolsas de papel de celulosa virgen cada año, lo que representa una inversión significativa en la economía noveldense y asegura la calidad del vino que se produce.
Este método, que surgió de la necesidad de proteger los viñedos de la polilla del racimo, consistió en cubrir los racimos de uvas con simples bolsas de papel, una solución que
resultó ser tanto eficaz como ecológica.
A medida que los beneficios de esta técnica se hicieron evidentes, su uso se extendió rápidamente, transformando la manera en que se cultivaban y cosechaban las uvas en la región.
La primera gran expansión de la viticultura en Novelda se produjo en la segunda mitad del siglo XIX, un periodo marcado por la crisis de los viñedos en Francia, Italia y Cataluña.
A diferencia de otras regiones, Novelda se benefició de su clima seco, lo que permitió a sus viñedos prosperar y, por ende, aumentar la demanda y la exportación de vino, facilitada por el desarrollo del ferrocarril, especialmente la línea MZA que conectó Alicante con Madrid, fue un hito crucial, facilitando el comercio del vino hacia mercados nacionales e internacionales.


con la historia de su gente, creando una identidad única que perdura desde hace más de un siglo. La riqueza del Vinalopó, con sus tierras fértiles y su clima
privilegiado, ha sido el escenario perfecto para el cultivo de la vid,
convirtiendo a esta localidad en un referente de la producción vinícola en la región.
Denominación de Origen Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó.
En el corazón de Novelda, la tradición gastronómica y enológica se entrelaza
Nuestras especias y el oro rojo de Novelda
​En Novelda, el azafrán es más que una especia, es parte de la identidad gastronómica y de un amplio legado comercial capaz de conquistar vista, olfato y gusto al mismo tiempo. Este valioso producto ha sido cuidadosamente almacenado y envasado en los tradicionales “porches” de las casas, donde generaciones de noveldenses han trabajado con esmero para preservar su calidad y reputación.
​Desde hace más de un siglo, el comercio del azafrán ha estado vinculado a la economía local, impulsado por su reconocimiento por propiedades medicinales, tintóreas y culinarias. Su cultivo, que exige un laborioso proceso para obtener los estambres color púrpura, ha mantenido su valor en el mercado, convirtiéndolo en un producto apreciado tanto en España como en el extranjero.


​La industria del azafrán en Novelda comenzó a florecer en la segunda mitad del siglo XIX. La exportación de vinos desde el Puerto de Alicante creó una creciente demanda de productos locales, lo que llevó a los comerciantes a diversificar su oferta, incluyendo especias de otras regiones de la Península Ibérica. Así, Novelda se consolidó como un centro neurálgico en el comercio de especias, rompiendo la exclusividad de mercados tradicionales como Valencia y Barcelona.

Manuel Bonmatí

Aunque los espacios de trabajo se han trasladado a instalaciones más modernas, los aromas característicos del azafrán siguen impregnando la ciudad. Hoy, la industria del azafrán en Novelda es un símbolo de tradición y un motor económico, con marcas que han logrado presencia en los cinco continentes.